Un asistente a la reunión, foto Jorge Picó
Solamente informaros que ring de teatro y sus cómplices se reunieron para cenar y hablar con la excusa de los cinco años de la compañía (los mismos cinco desde que Aznar el bárbaro apoyara la invasión de Irak). Hablamos, afortunadamente, de otras cosas que no son el teatro. Creo que la compañía, prefiero llamarla así aunque tenga status de «empresa», existe y se permite soñar porque tiene unos gastos mínimos (no hay nadie en nómina, no pagamos alquiler, la publicidad la hacemos vía web) y tiene un beneficio enorme: la independencia artística, además de los oídos atentos y los brazos disponibles de sus cómplices.
Estructuras pequeñas permiten movimientos ágiles. Las dianas nos las vamos inventando.
Yo me acordé mucho de Rafa Romero que sabía estar con la gente.
Ah, al parecer seguimos.
Y con mucho gusto.
Igual nos cruzamos por ahí.